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miércoles, 19 de mayo de 2010

MÉTAFORA DE UN DESTINO.


CALLEJÓN NOCTURNO.

Algunas tardes
los ocasos deberían estar prohibidos.
Pues esa línea rojiza en el cielo
es un poema inconcluso
que regresa la luminiscencia del sol
al vientre opaco de la noche.
Todo comienza como un ensayo de despedida
que ciega, por poco,
mi confianza en este maravilloso mundo.


Luego,ante mis ojos, 
asoma la desaparición de esa enorme hondonada
El estupor le precede.
Después, la incertidumbre me traga
y la debilidad me corroe,
entre la confusa garganta de la noche.
Finalmente,
esta materia mía, pierde toda consistencia.