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viernes, 30 de septiembre de 2011

ALOJAMIENTO (Acuarela.......)


         La terraza daba a un vasto descampado con aires de desierto. Un matorral de carrizos(1) y arena triturada de una desproporción bestial.
         Una extensión desoladora poseída por un silencio de verdad, donde se oía, sólo, la mordida del aire. Al amanecer esa quietud me atraía y me daba miedo, sin embargo, el desgaste y la rabia encadenada del viento, violentaba esa calma y amortiguaba toda desolación.
         Aquel vértigo ciego y sordo, se rompía bajo un cielo sin nubes, cortado, por el chillido de las gaviotas. Y en la distancia, ese mismo vahído, se batía con la franja lisa de la playa porque me permitía escuchar, el movimiento rasgado del mar.

         Pero de noche en mi cerebro se encendía una luz roja, cuya voz me sobresaltaba con su lenguaje poderoso. Aquel mensaje de agobio me arrugaba el alma, pues cruzaba soterrado la aridez de Africa y como un soplo subterráneo rebasaba mi corazón, contraído, por el matiz yermo del entorno y del cuarto y por una ferocidad que violaba mi reposo.


Mas !Oh la luz de Júpiter!
que de repente se mostraba sobre el desierto
única, remota y
fulminando el cielo
y el tragaluz de mi ventana.
Magnética llama,
rozabais mis ojos y yo sucumbía
a vuestro etéreo beso
                                                                                                                       Maribelflores
(1) Ammóphila Arenaria

miércoles, 28 de septiembre de 2011

ACUARELA SOBRE EL DESIERTO (II)



Difíciles recuerdos
(en los que se vacía)
sin esperanza, ni albor 
ni luz radiante
que los suavice en esa plácida hora.
Pero acaso al filo de la tarde
el alma se le hará fuego
y anidará en ella una ola nómada y exótica
y de raza extraña y serpentina.



Amado pájaro,
pues así lo llama
y así lo siente revolear
en esa infinitud a punto de estallar.
Ave que se voltea ondeante
y rebasando las alturas.
Dulcísimo crepúsculo y eterna sacudida,
el mar respira
y muerde justo en sus labios.

                                                       Maribelflores

martes, 27 de septiembre de 2011

EXTERMINIO


Sobre la orla del torrente
la muerte vuela como un fiero torbellino.
Como un hermoso engaño
es esa muerte.
Pérfida ráfaga alimentando
su veneno
y afilando su guadaña.
Allí cae una estrella
allí el sol del alba
rebasando la escarcha y segando una cabeza. 

                                                                                         MARIBELFLORES

domingo, 25 de septiembre de 2011

ACUARELA SOBRE EL DESIERTO.


Y se quedó suspendida bajo el corazón de un cielo de seda y
se entregó al gozo.
Enaltecida nube
que sueltas besos y lluvia de terciopelo.
Lánguidos sueños
moldeados en la memoria
y escondidos, sin remisión, en un edén de arena y sol.

                                                                                                            Maribelflores

sábado, 24 de septiembre de 2011

GUERRERA, INUSUAL.

         

         Queridos amigos: De vuelta de África, donde pasé una larga semana, mis mensajes serán ahora raquíticos y con ese ritmo trepidante del que está definitivamente en otra parte. Serán absurdos, desordenados y tan precipitados como el que baja a saltos una escalera y quiere darse de bruces sobre el suelo. 

Tal y como siento que vivo o quiero vivir la vida.

                                                                                                                                         Maribelflores

sábado, 10 de septiembre de 2011

MARIBEL (ayer y ahora) RIESPE.


se cansó de correr 
tras los trenes de la tarde
con sus cuadernos para colorear
bajo el brazo y sus tenis gastados
y su maleta de letras
con la tapa siempre abierta al viento

olvidó que la noche
teje sueños mágicos
en medio del silencio
y que los amigos imaginarios
no entienden de lágrimas
mientras la observan callados

esa que acostumbraba 
reír y bailar y cantar
y le lanzaba besos 
a las nubes blancas

la de ahora mide los días
uno tras otro tan iguales
con una ventana de por medio
y desprecia su
reflejo en los espejos,
parece que ha extraviado
el rumbo trazado
entre hojas sueltas de libretas
llenas de poemas
y mensajes inconclusos
a ningún destinatario y a todos

la de ahora no corre
tras los trenes de la tarde
sino que viaja en ellos
y se entretiene tomándole fotos
a la gente y los paisajes...
a los rostros que narran
historias extraordinarias
entre las arrugas
y el maquillaje

y también acude con su botiquín
de urgencias, a la parte
del mundo donde la
requieran, a ayudar
a todo aquél amigo que 
alza la mano inconsolable 
remendando vacíos con 
hilos de colores
y curitas infantiles,
combatiendo los
males de soledad
y desamores
con su pulso cálido
y certero

sí, tal vez es cierto
que aquél que estaba
ya no está
y que no piensa regresar
por que no puede
o no quiere...

entretanto, corre
por el mundo
tan ancho y ajeno
con su cámara 
colgada al cuello
y su bolso de colores
y sus hojas a medio llenar
y sus sandalias más cómodas
mientras la alcanza la aurora
y entonces al filo del tiempo
y los kilómetros
vuelve a ser
la que era
y sonríe
y canta
y le lanza
besos a las nubes



Gracias amigo, Riespe, por este regalo que me hiciste tan emotivo y hermoso.
Blog "A quien corresponda"


jueves, 8 de septiembre de 2011

ESTATUA

Acaso conocí al hombre arena,
escurridizo,
un ser de agua
que se filtró en mí como una ráfaga salobre
y helada.
Un espejismo en la distancia corta.
Allí donde no latió nada
y donde agonizaron las yemas de mis dedos
esperando su sagrado laberinto.
Allí se eclipsó el astro que yo amaba
entre la invisibilidad de la media noche
y una brisa devastadora.  

Maribelflores




                                             
                       

viernes, 2 de septiembre de 2011

AUTORRETRATO



En mis ojos hay viento a la deriva
y una nube mustia vestida de fosco
y la luna que crece
con rabia
pero sin raíces,
y esa hojarasca
que vuela entre mil grietas diáfanas
pero se arremolina sola
con un sonido ahogado
de abismo.
En su cristalino infinito me rompo. Es el odio
y es la muerte y es ¡la vida!
Y detrás de esas ventanas, yo me oculto.
Pero hay algo de opalino en la puerta cegada
de mis párpados.
Una ranura
y cientos de cópulas
y el mar añil
y una tarde
con un horizonte rojo
y
aquel poniente describiendo auras
con su brisa de espigas
y sus tintes dorados
               y millones,
   millones de destellos.

                                                                 Maribelflores