Este jardín tan solitario
y sin savia.
Estas galerías de árboles
¡sin alma!
y devorándome este absurdo sobrepeso.
Pero hoy, estos ojos contemplan el cielo,
la luz, y los motivos del mundo
que me retienen aquí
indefinidamente
aunque por engañosa causa.
Hoy, se abrió un boquete
en el tronco de un árbol
y se desgajó una astilla
y mi corazón, delicado, cedió
antes de romperse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Todos los comentarios serán moderados por la autora, con el único fin de evitar un mal uso de este blog o la presencia de lenguaje soez u ofensivo. Gracias por colaborar.