Castillos de arena
se desmoronan hoy
entre mis dedos flacos.
Territorios de sombras
batallas perdidas
y círculos abiertos
que nunca se acabaron de cerrar.
Espirales de un alma peregrina
con largas zancas
y mucho camino aún por andar
antes de que mis pies se hundan,
finalmente, en la muerte.
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