tan dramáticas,
tan soñadoras,
tan inolvidables,
siento la seducción de la oscuridad
la voz del deseo
la sangre alborotando en el corazón,
el abandono
y al fin, la persistencia de la dicha.
Pero hechizada y ebria de gloria,
en noches de luna,
aprendo secretos de mago
que van después de boca en boca
y de rincón en rincón,
desnudando el universo.
Realmente no hay magia como la de la palabra. Tal vez la de la imagen, la de la música. Pero, existen la música, la pintura, para algo más que para que alguien las transforme en verbo?
ResponderEliminarAlquimia de la palabra...