Un profundo reposo.
El único sueño deseable.
Esa ingente nube azabache,
o el último segundo del día
con otro recuerdo nítido
ahora inaprensible.
La tierra dormida y levitando
y la noche indescifrable
igual que la tristeza,
los dedos encaramados a la luna
y mi abstracción amoldando
confusión y quietud
y observando,
ese mural esmerado de estrellas
y ese cielo palpitante que
clava sus ojos fúlgidos en mí
cual noche rutilante.
Al leer tu imagen de la tristeza como algo indescifrable me he quedado en suspenso. Y lo es. Sabes? Uno de los méritos principales de la poesía es ese, sorprendernos con una nueva mirada sobre el mundo.
ResponderEliminarMe inquieta tu universo creativo. Compartimos oscuridad y luz torrencial, supongo.
Ya somos dos a los que nos inquieta. A veces, cuando acabo de escribir creo que vuelvo de un ligero ëxtasis creativo que serïa incapaz de volver a repetir. Más tarde me noto muy cansada, y amenudo pienso, que serán las últimas palabras que escribo.
ResponderEliminarNada me complace, y aún menos los resultados que obtengo. Sin embargo, estoy de acuerdo en esa dualidad que compartimos tan semejante a la de otros seres humanos. Nadie es pura negación o puro optimismo. Bueno creo que hoy me complace compartir estas opiniones contigo. Saludos.
Estimada amiga, mi correo electrónico es:
ResponderEliminarel_guia_del_laberinto@hotmail.es
Por favor, escríbeme cuando puedas.
Gracias!
Hola, descubro tu blog a través del de Juan Antonio, y tengo que decirte que me ha encantado lo que he leído.
ResponderEliminarLa tierra ese bien preciado que debemos cuidarla y mimarla y tu inspiración me ha cautivado, te felicito por tu manera de transmitir.
Un beso.
Gracias María por tus palabras tan alentadoras que la invitan a una a seguir trabajando y esmerándose. Y agradecida además a ese amigo común que es J. Antonio y que nos ha permitido enlazarnos. Saludos de esta granadina, Maribel.
ResponderEliminarVeré despacito tu blog y comentaré después.