A J. Antonio le gusta describir la estampa de nuestra ciudad en capas. Como si esta urbe antiquísima se nos mostrara en estratos de personalidad unos, justo, encima de los otros. Porque es incuestionable definir nuestros atardeceres con esos trazos rosas y morados. Es innegable la belleza de esos palacios que se ubicaron en las colinas. Y es absolutamente concluyente, que esta ciudad provinciana, todavía es mucho más hermosa cuando se hace invisible a los seres que la habitan.
Y fue al leer ese post que definió su laberinto particular, su esmerado blog y mi ciudad, cuando comencé a seguir su espacio virtual sin él siquiera sospecharlo. Con el paso de los meses, he podido imaginármelo caminando tranquilamente por el corazón de nuestra ciudad o por el contorno catedralicio, entre la media noche y las tantas de la madrugada (tal vez porque yo me permito hacerlo una o dos veces al año) y en soledad o no, admirar con los ojos del rostro y del corazón, tanta belleza y tanto misticismo que la noche vierte sobre nuestra pequeña metrópoli. Pero igualmente sobre algunas almas solitarias, que ensimismadas, se permiten el lujo de deambular de madrugada por sus angostas calles y ver esta ciudad, con otros ojos y entre sombras y misterio. Vagar sin rumbo y con toda la abstracción posible bajo el brazo y como si ello fuera, el alimento, que a diario nos nutre. Cruzar la ciudad como una proyección de humo espeso que se evade antes de tocarlo. Pasar desapercibido. O ser, unicamente, una mancha solitaria bajo tan magníficos edificios.
Pero la primera vez que leí la definición de esta ciudad en el blog de J. A. me dio por evocar sobremanera y con nostalgia, y a saber por qué, mi embrionaria pubescencia.
Porque hubo un tiempo en el que yo formaba parte de una nutrida coral, integrada entonces por tres grupos escolares distintos, cuyo punto de encuentro era la cruceta central de la catedral de Granada.
Aquellas voces angelicales amansaban con sus salmos a los creyentes que asistían a la celebración de la misa matutina de los domingos. Y a pesar de mi incipiente juventud o porque amaba, a más no poder la música, era consciente de aquel privilegio del cual yo disfrutaba. Pero cuando el organista del templo (D. Juan Alfonso) al que acudía tan profusa coral, pulsaba con avidez las teclas del Gran Armonio de la catedral ¡aquel dramático y conmovedor sonido de Tocata y fuga de J. S. Bach! se extendía por la Casa de Dios con todo su poder y con tal vertiginosa resonancia, que sobrecogía el aliento del ser más mortecino, más insensible o más impío. Y en aquel momento, yo me quedaba magnetizada por la armonía de esa grandiosa composición, el poder omnímodo de la fe y mi primitivo candor. Y concebía por un instante en mi mente, que la bóveda central del templo se partiría por completo en dos y propagaría por el orbe nuestras hechiceras voces y el sonido magistral, que obtenían, del órgano, las manos virtuosas de aquel artista.
Pero Granada no es sólo un legado histórico o cultural.
Granada es idealismo y germen de poetas extendiéndose como esas nubes llenas de agua entre los bosques que rodean el conjunto de los palacios Nazaríes. Y cuando después de un largo paseo bajas de nuevo a la ciudad, vuelves ciega de romanticismo e invadida hasta las cejas de metamorfosis y vegetación. Y caes por los declives de las cuestas musitando o implorando por lo bajo, para que al abrir el portón de casa, encuentres entre sus muros un ser altamente abrasivo, y más le vale que espere ardoroso tu regreso o tu desplome entre sus brazos.
ODA A LA ALHAMBRA
¡Oh bosques
árbloles
mirto aromático
úngeme de bálsamo.
Luceros de la noche
rociaros sobre mi soledad
y esos hilos diáfanos del agua.
Oh Cipreses
sombras gigantes
acortar mi triste
y errante figura y
envolverme
cuando cruzo esos macizos.
Oh sangre
gotas de lluvia
fragantes pétalos
que me inundáis poro a poro.
¡Luna!
que ahí sigues
al doblar las equinas de los palacios
¡ah vastedad!
ahora me oculto
entre tanto resquicio
tanta espesura
y tanta perfección
¡Lagrimas ardientes!
Dios sabe que resbaláis por mi rostro
a la media noche,
cuando sólo persigo
esa mágica oscuridad
o el ardor
de otra sombra.
Maribelflores.
Grata por tua visita e por tuas palavras. Fica com Deus.
ResponderEliminarE quantas coisas belas há aqui! Teu espaço transmite paz.
ResponderEliminarY en aquel momento, yo me quedaba magnetizada por la armonía de esa grandiosa música, el poder omnímodo de la fe y mi primitivo candor... a veces la catedral se hace tan inmensa que nos hace sentirnos demasiado pequeños. Un abrazo
ResponderEliminarQuerida Maribel, me has emocionado.
ResponderEliminarSiempre es grato recibir un obsequio de manos amigas. Lo es más si ese obsequio pulsa todas y cada una de nuestras fibras sensibles: el amor a Granada eterna e invisible, la poesía, la música, los recuerdos de la infancia, las evocaciones al filo de Bibarrambla, el Pie de la Torre, la Alcaicería, el Paseo de los Tristes, el Realejo... Granada de la mano o en soledad, eterna, indescriptible, invisible a los ojos de los hombres. Y tú lo has hecho. Tu emoción es la mía porque me encuentro en tus palabras y en tus recuerdos.
Gracias por acordarte de mí en estos últimos días del estío que ya parecen presagiar un nuevo septiembre. Guardo tu poema y tu dedicatoria en un lugar donde no sería posible extraviarlo. Y a cambio te envío un millón de besos.
BIENVENIDA AMIGA!!!
ResponderEliminarDICHOSAS TUS VACACIONES.
EMOTIVO RELATO, TE FELICITO.
TE ESPERO SIEMPRE
UN CARIÑO ENORME.
BESITOS
Queridos amigos gracias por estar ahí y por vuestros estimados comentarios. Gracias a todos y cada uno de vosotros.
ResponderEliminarQuerido amigo J. Antonio. Me agradó que te emocionaras. Pero el cambio que me has hecho por ese texto que yo te escribí, supera con creces al regalo. Quién recibió nunca un millón de besos, tan necesarios. Ah! el tacto, ese sentido tan olvidado, tan imprescindible y por otro lado, tan escaso. Por Dios un millón de gracias por ese millón de besos.
Se me olvidó el Paseo de los Tristes, tan bello, tan romántico. El Realejo, mi barrio, entre los once y los diecisiete años. Aquella época de la coral, !inolvidable!. El bachiller lo cursé en la plaza Los Tiros. Amigo mío, cuántos recuerdos a cambio de tanta melancolía de ahora. Besazos.
Gracias por tu comentario :) Cierto, a ver si empiezo a bañar de blanco las imágenes que veo jaja.
ResponderEliminarY de paso...cómo añoro Granada. Es el único lugar donde logro olvidarme del tiempo.
Bonito blog. Un abrazo :)
GRACIAS QUERIDA AMIGA POR LAS BELLISIMAS PALABRAS QUE ME DEJASTE EN MI NUEVO SITIO: DIARIO DE MI VIDA...
ResponderEliminarME DIO MUCHA FELICIDAD VERTE POR ALLÍ Y QUE TE HAYA GUSTADO MI MANERA DE CONTAR MI VIDA.
SOY VALIENTE JIJI
BESITOS
ALLÍ MISMO TE RESPONDÍ...
CARIÑOS
Querida Maribel, pocas veces se siente la pasión que me has hecho sentir por una ciudad que no es la mía pero que es patrimonio del hechizo y así lo he sentido gracias a tu increíble relato y dedicatoria a nuestro maravilloso Juan Antonio.
ResponderEliminarCuánta magestuosidad hay en tus palabras, ha sido un lujazo leerte y venir a tu casa. Mil gracias por tus palabras generosas y por tu amistad, Maribel, siempre digo que me alegra un montón haber dado contigo.
Un abrazo inmenso.
Gracias Gabriela Amoros, eres muy amable y sobre todo muy condescendiente. Pero tenerte como mi seguidora es un lujazo y eso me enorgullece, de veras.
ResponderEliminarSaludos y mucho amor.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
M.FLORES
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ESTALLIDO MAMMA MIA, TOQUE DE CANELA ,STAR WARS, CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Muy bello, seguramente lo valorará mucho su destinatario. ¡Felicitaciones! Saludos cordioales.
ResponderEliminarHermoso relato, lleno de magia, me has hecho introducir en sus paisajes y sus fragancias.
ResponderEliminarMe encantarìa conocer La Alhambra!alguna vez escribì algo ella.
Felicitaciones, un abrazo.