En la medianoche del lago,
negra como una desgarradura,
los vigías estelares
brillan y palpitan
bajo el agua oscura
mientras contemplo esa boca de lobo
¡tan líquida!.
En la pócima del lago,
en esa oscuridad completa,
descubro la cara trémula
de la luna
en esa oscuridad completa,
descubro la cara trémula
de la luna
y percibo rostros humanos,
tan mudos,
como mi disipada vida.
Viven
laten
laten
y golpean sobre el agua
igual que sombras heladas
hechas de hilos de suspiros.
Y cuando me llaman
lo hacen gritando
o chillándome
porque descubren
que me estoy ahogando
y ese halo tan frío
jadea
por encima de mi aspaviento
lívido.
lívido.
Gracias por leerme, no dejes de ahcerlo... Las pequeñas cosas siempre suenan mejor compartidas. Te sigo...
ResponderEliminarBonito poema, también a mi me ha sucedido lo mismo con tu blog, me encantan las fotos, y los bodegones, un beso Maribel.
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