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lunes, 28 de diciembre de 2009

HABITÁCULO

He quedado reducida a un mínimo bultito,
un punto imperceptible en una habitación
o un minúsculo pálpito de vida
plegado a un estado fluctuante de ánimo.
Pequeña, desmenuzada, prescindible
me oigo respirar
como si no tuviera mayores necesidades.
He quedado reducida al tamaño de un pájaro
que solo se alivia organizando la jaula
que lo inmoviliza.
Organizo el reposo de los libros,
los retratos en sepia del estante,
ajusto los cuadros
que han perdido su línea de equilibrio
y dejo inmaculado, de vez en cuando, el yeso de la pared.
Rebusco el cielo detrás de la ventana
pero está nublado
y el sol ya no se ve radiante, como lo veía ayer.