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martes, 18 de diciembre de 2012

ESTRELLA DE ORIENTE



Eran las nueve y media de la noche. La hora de las rosas y del vino, la hora paralela al incendio, a la última gota del día, a la oscura comedia o al ocaso.
Había como un tremolar, un artificio nocivo acomodado sobre la mesa. Cuerpo a cuerpo, un pulso vacilante flotaba en el ambiente durante la cena de Navidad. Indivisibles, únicos, los sentidos de la mujer estaban todos puestos en la clemencia de aquel hombre cuya beta le iba al pecho como una punción. Sentada a su izquierda, percibía sus latidos inconfundibles y olía ese cabello lacio engarzado en sus ojos igual que unos zarcillos de fogonazos azabaches. A pesar de las luces de la fiesta se veía amenazada por la bruma que recorría su espina dorsal. Ella conocía, de lado a lado, aquel cuerpo, aquel atolón adonde antaño se perdía con todos los sentidos y en el que ahora echaba a ver la furia de la juventud, y condenaba su última indolencia. El amor se les había transfigurado mientras la Estrella de Belén se filtraba sobre la mesa como una Venus dorada.
-         Crisol de querosén electrizado que se hizo presente iluminando fieras y foso y las exequias de una relación extinta.

Por ese abismo pasaban fugaces el pasado y el presente aunque ella subsistía cegada por el artificio de los alcoholes, el vendaval de la comida y la maraña de la familia. La embriaguez se le cruzaba por las arterias a dos velocidades. El bombeo de la sangre fluía a saltos por ese desfiladero que se agotaba en el corazón.
Nada se había deshecho, tanto era así, que el pasado se hacía en el ambiente, casi sonoro, y sensible al tacto.
-         Inmortales, centelleaban las luces junto a los lazos púrpura de años pasados.

Cuando el hombre se dirigía a ella o a sus hijos, las palabras salían de su boca, tensas como las pinzas del viento y arrojaban rayos cincelados, verdades cenicientas y lluvia de lava. ¡Era, Noche Buena! pero no se apagaron las cicatrices, las mordidas no fenecían ni fenecían las pedradas que picaban sobre la noche en los muros del lecho. La boca suelta del hombre, infundía temibles bocanadas y oscuro aliento. Su labio inferior expulsaba un cauce de ofensas y oquedades.
-         Esmerado crepúsculo de espadas y voz. Apremiante luz, que de repente desaparecía como una ilusión óptica o como la hecatombe acontecida en la historia de algún celuloide de una sala de cine.

Danzaban gemas chispeantes en el Árbol. Danzaba la luz pulsada del corazón, danzaban las palmadas y los golpes dispersos por la sala. Bailaba eterno el Nacimiento de Dios: cielo, musgo, tejas, río y barro y nieve artificial, tal cual, los destellos y la algarabía.
-         La mesa de Navidad era la nada y el todo. Madera huidiza, aderezos eternizados, mantelerías errabundas de lienzo, viso y acrisolada ficción.

En la calle, los brillos de la nieve y un aire glacial desdibujaban una huella alada. La noche más efímera del año pero también la más inmortal, deambulaba en rededor de ella como un pozo de pupilas dilatadas. Merodeaban embebidos la herida y la grama, y rumia que te rumia, balaban mensajes afilados y creaban  resplandores y desdicha en forma de navajas de azufre.
Yermas manos las de ella. Los ojos de él, borbotones y tumulto ambarino.
Después, en la madrugada, se vio morir amordazada La Estrella de Oriente.

   “Ella solo había amado a un miserable, todos los demás hombres, que no amó, fueron buenos” 


MARIBELFLORES, DICIEMBRE 2012

miércoles, 28 de noviembre de 2012

YA EL AMOR,YA LA DERROTA.



Yo haré del otoño lluvia de cielo encapsulada.
Y haré de esa lluvia un balaustre de agua y agrietados cristales. Yo haré ruedas de nubes cenizas como senos vacíos o desolados.
Merodearé en la sustancia de sus ojos y veré relámpagos y augurios y misericordia para este amor desposeído.
Bulle una laguna en el raso azul de mi boca, de mi voz y de mi lengua.
¡Oh! médula de dolor y escalofrío azotándome con su recuerdo de color brillo y su rumor de humo escurridizo y gris.
¡Oh! manadas de latidos agrupados en mi pecho vacío y en mis sienes plenas, duelo de gemidos.
¡Parto de amor asesinado y mudo!
¡Oh! infinitas llagas en mis manos, ociosas carnosidades acariciando los hermosos rasgos de su paisaje dormido.
Gritaban y gritaban mis pústulas a la velocidad imperecedera del duelo o de la luz.
¡Oh! cementerio de astros donde yo solo rondo criaturas muertas y rancias calaveras, y en donde me arrebujo de la sed, y de sus ojos de algodón claros.
Extenuada será la mañana mientras silben mi descalabro, un solo cilicio y todos los idiotas .
¡Oh! zarpa de aguacero. Zarpa de sierpes y de iguanas, cuajad vuestras largas colas sobre mi boca desierta y azotadme con esos cabos de agua y luego, luego, degollad mi soledad con ese hiriente filo líquido.
Destino mío, pugnas por una paz de limites oscuros o por entregar tu límpido conflicto a una multitud opaca y sin límites.
¡Oh! tibia piel dorada. Piel de brillo y seda, luz viva en el interior de esta mirada, de lince o de alfiler.
¡Oh amor mío! clávame las uñas en el corazón para que se abra la cáscara del equilibrio.
¡Oh! “cuello mío” qué derrota se agolpó anoche sobre la curva de tu brisa y en esta mirada, de miedo y tornasol.                                

                                     

martes, 6 de noviembre de 2012

CURVAS



Y es la a alcoba un encaje de fugas
como los pétalos en sus labios.
Sueño voraz,
me inundo de amanecida
si en su sangre encrespada se iza el maná
y frena en mi boca.
!Ah! cuando desfila su lengua y su saliva
hay un juego de crímenes
en el despertar de estos pechos.
Curvas adorándole,
curvas ciegas
o tropel de de vírgenes y arcos
rendidos a la aurora.
Sagrado puñal,
me azota la dulzura suya en las paredes del cuerpo
y allí,
donde se hunde toda esa belleza.
Estallidos prodigiosos en las fosas y
en los párpados
y se despierta un ruido de mar.
Seda ambarina
cual gema viva, trasluce hoy,
en los ojos de la alba. 


Maribelflores 6-noviembre, 2012

jueves, 25 de octubre de 2012

OLA DE LA NOCHE



Me abandonas
y la noche tiembla.
!Oh amor!
te me alejas
y se vierten las estrellas y la luna.

Lanzas una piedra
y el agua provoca una conversación inútil
de ondulaciones sin sentido.
Oprimes mis manos,
y mi cuerpo se anuda al viento desbocado
y a la furia.

Viejo y
loco
y prolongado  gozo de vaivén y espuma.
Cuando
se rompe el aire
te arremolinas entre mis dedos
y como la arena, mil veces te desmoronas.

Pero yo,
a la espera de tu incrédulo regreso.
Y tú,
desparramado en la noche
entre luceros blancos
y ¡Ay! yo,
            me aíslo en cálido interior.



Maribelflores (verano de 2011)

miércoles, 3 de octubre de 2012

AHORA (un árbol)




Vuelvo a mirar tras la ventana grande
y sólo hay un árbol
sin lienzos
en donde cobijarse
del otoño.

Un reposo bajo el cual
se desvanece esta ciudad.

Y la vida,
ahora,
es tinieblas y sueño
y yo no olvido
aquella otra vida rutinaria
ni tus manos tibias
ni tu desnudez.
Y todo me apresa aquí,
el trasluz
las ramas verdes
y tus cabellos negros como el azabache.




                   
                     Maribelflores

miércoles, 26 de septiembre de 2012

FLAMANTE VERSIÓN DE LA SOLEDAD



    Esta es una certeza de que todavía estoy viva, pues gozo como nadie cantando a plena voz en el vestíbulo. Aunque, segundos después, se desploma el eco de mi voz encima. Tanta vitalidad me la sirve una machacona melodía en bandeja, porque hay sonidos que se engarzan a mí como turbinas enardecidas y además de la voz de una balada, me impulsan los pies y la cintura por el escurridizo piso de la casa y al momento danzo enloquecida el cimbreado agonizante de unos funerales. Zumba, zumba, zum… y le hago ofrendas al infierno antes de evaporarse ese cerco de pánico que, por ahora, me hace sobrevivir. Como la mezquindad, me retuerzo en cabriolas y todo el holocausto se vuelve indoloro. Con la música rozo anhelos y violines y un coágulo de misericordia en mitad de la antesala.
      
      Saberse libre es un cadalso intimo y el último bastión inverosímil.

     Pero cualquier día en el jardín (que es un lugar como un espejo) se me desnuda el alma. Pues ando descalza sobre la suavidad de la tierra de este hermoso espacio mientras recibo su influjo telúrico. Hilvano oasis y esplendor y entro en trance si de súbito escucho un tumulto de pájaros como si fueran impromptus planetarios.

     Aunque, ayer tarde, miré en el estanque y sólo vi el espejismo horrible de mi rostro desencajado y en el tornasol de mis mejillas únicamente se encendía, una soledad extrema, semejante, al aullar de una fiera irascible.



                                                                Maribelflores

martes, 18 de septiembre de 2012

ROGATIVA


Ahora que soy libre, que no consto en la legitimidad de nadie, voy a viajar por lugares que no están señalados en los mapas. Por laberintos enigmáticos donde no existe la esclavitud ni hay salidas sangrientas ni plegarias desmoronándose entre mis delicados tímpanos. 

Ahora sobre mis pómulos flotará únicamente mi aliento, pero al igual que el éter, flotará, sin que parezca que me cae de arriba el escombro. Ahora las fisuras en mi rostro se hundirán en orden y una tras otra, o por el contrario, serán como bengalas reavivando su luz por encima de mí, en eclosión perpetua. 

Viajaré envenenada, tal vez corrompida pero engarzando un tren con otro y con avaricia sórdida. Y en esta cueva se abrirá un cráter donde dedos temblones rebanarán en sus paredes con precisión mugrienta. Rigor para un picotear jugoso donde antes solo hubo un atasco insondable. Sutil claustro en donde siempre se posponía la voracidad de la bestia. Rehusar, mustiar, sepultar la cópula e incinerar mis eclipsados genes. 

Derrumbarse en el ruego. Negar el fragor y el éxtasis. Prender el ánfora y ver laminados, con montantes de reluciente acero, los hilos de aquella confluencia. Segar la hierba magullada y convertirla en cenizas. Hospedar en la noche el desaliento y asentarse allí con mano laxa y sin pupila en el ojo. Noches betún. Noches grisas, donde solamente boqueaban los peces abisales bajo el subsuelo del cuarto. 

Con la neblina entre los ojos, ahora, viajaré con el ansía colgada a la espalda pero por bosques impúdicos, añorantes y verdes. Y en vez de vestido, llevaré alimañas bordadas sobre el pecho y a mi regazo treparán un osario de aviesos vampiros que recorrerán el camino conmigo a través de raíles interminables, donde sólo se escuche, un deseo sin límites y el paladar del mundo. 

Maribelflores


miércoles, 12 de septiembre de 2012

I LOVE DARLING



Su voz, metal suave
y
ciegos mis ojos
se abaten en él
y vuelan
con alas de algodón
sobre una imposibilidad azul.
Mar revuelta,
cíñete a mí en hélices de espuma
y haz porciones
de ónice
               y metal
con tu líquida sustancia.
Mar agitada
excava belleza
donde sólo hubo negación.
Y tú, querido mío,
envuélveme
con toda plenitud
y con el idioma endulzado de los labios
Pues todo mana de mi sed
(hálito y agua)
                            y es como el llanto,
una necesidad.


                                                  Maribelflores


miércoles, 5 de septiembre de 2012

SOMBRAS



En las noches de septiembre
se ha perdido tu rastro
por el laberinto
del silencio 
y la densidad.
Haber sido soledad
y luego vacío
y disolverse más tarde
en la prieta confusión del jardín.
Pero acaso me ha sobrevivido un árbol
y me consuela
detrás de ese tragaluz sombrío.
¿O es que yace
el esqueleto híspido de una sombra
en el corazón mismo del jardín?
Irónica alegría
cual embalaje de esta casa sin nadie
donde ahora me adormilo libre
pero inconsolable.
Vuelve la noche con su herida negra
y  es arduo excusar
este lentísimo verano 
de destrucción.  

viernes, 31 de agosto de 2012

A MICHAEL (en África)


Como un ave migratoria
sobrevuelas
los límites del horizonte
y traspones África.

Tardes sin nubes en mi ciudad vieja
mientras te sueño.
Partícipe inocencia
que unes
en opuestas lenguas
tu bitácora y la mía.

(Pero ya respiro ese instinto,
de una noche,
que aún está por llegar)

Todo tu cuerpo
es como un arbotante de niebla.
Mitad intimidad mitad rostro suspendido
en esas lejanas tierras
y en la quietud de mi umbría.

Dorso de piedra
eres como una columna de antílopes
desbocados ¡libres!
y rebasando las planicies.

Rutas y promesas
incertidumbre y magnetismo  
fundidos
en esta hora melancólica
que exhala aire atardecido de dunas.

Tu nombre emana sed,
Michael,
y merodea dulcemente
la irrealidad y los milagros y
este novísimo esplendor mío.

                                                        Maribel Flores

miércoles, 22 de agosto de 2012

E-MAIL (Invención)

           Cuando este correo llegue a ti, tendrá el poder de lo trascendental. Como si mi pensamiento que ahora vuela hasta tu ser ficticio, me fuese absolutamente inédito, soñador y hondamente irreal.
         Querida invención; tu acento forastero y el poder de tu sonrisa -pues te he creado con la mueca inagotable de esa lerda expresión- crecen placidamente en mi espejismo. Sin embargo, sé perfectamente, que hablo con un ser incorpóreo igual al de un fantasma que se expresa y se viste, como en otra época.
         ¿Serás, tal vez, un caballero andante como D. Quijote?
         O es que flotas sobre las cosas o sobre este valle mío como una nube alada. Si bien, me impresionaría verte cruzando esta quebrada erguido y a lomos de tu noble caballo. Pero como un elemento sin peso, sin realidad; como un autoengaño que abandonara en este valle la vitalidad que yo he perdido.
         Aunque si esta noche contemplaras desde mi ventana el cielo estrellado y esa tenebrosa profundidad, verías la luna saliendo por las montañas del Este. Rutilante satélite, que ahora mismo, se parece a una manzana mordida. Y es que la noche pasada, esa luna, ya empezaba a menguar.
          Pero al mirar este paraíso estrellado, me someto aquel tiempo engullido por el pasado, hoy silenciado, y más que silenciado, oculto entre el negro de la noche. Del mismo modo que mirar la boca de lobo de este barranco sin final, me azora un espíritu que hoy anhelo limpio.
         Querida invención presiento tu amabilidad detrás de cada simulado gesto. Presiento además que tus ilusorias palabras ocultan un enigma y que en tu virtual voz se esconde un paraíso deseable. Y te vivo en esta fabulosa leyenda que he creado.

         Sin embargo, he pensado, que lo ficticio en la mente suele ser un lugar difícil, tanto como estos cerros escarpados del sur de la provincia, adonde ya estoy.
         De cuando era niña, recuerdo el altozano como la gran escalada que alguna vez habría de culminar y luego dejar. Pero ahí afuera encontré más y más cimas esperándome tras de ese primerísimo pico. Y aún estoy por ese afán de alcanzar cada cúspide. Coronar cumbre tras cumbre, sin lugar a dudas, es un propósito arduo pero pujante y deseable.
         Por lo demás, si refresco la memoria, recuerdo aquel mano a mano del silencio propagándose entre la noche  del valle, sorprendente e intenso hasta subyugarme al miedo. Y del mundo exterior del que nada sabía y nada echaba a ver, ninguna invocación consciente. Ni una sola evocación diáfana, salvo aquella absoluta cerrazón, que entonces y hoy, se perdía detrás de las lomas y de la que yo sólo comprendía su total opacidad, como una señal arcana que me infectaba todos los sentidos, de una autentica amenaza.

Desde  ALPUJARRA DE LA SIERRA (16-7-2012)


Maribelflores

lunes, 13 de agosto de 2012

EL OJO DEL SUEÑO



Cerré los ojos
y en su óvalo de fuego, relumbra
un mundo rebosado
de luz y de gloria
y de verdad.
Retorna mi creación rosa
y una ráfaga flotante de aire
se lleva esta morada negra
aquel vacío y
la palabra ciega.

Muerte a la noche
y que solo vuelen
las palomas blancas
el tacto huracanado de un crujido y
la suave brisa de una boca derretida.

Funeral de sombras
en mi vientre ya se deslían
la plenitud
y la paz.

Que mis pechos recobren la vida
y trepen a mi boca
los pétalos desnudos de las rosas
y su dulce sabor.
Que las flores esparzan
una horda de aromas y algodón,
y los violines,
matices de libertad.

Que el vacío dormite detrás de la muralla.
¿quién va?
pues escuché un sonido
y sentí que el golpe de un beso
caía en mis labios
como la materia encendida.

Maribelflores 


 Bienvenidos de nuevo a este blog. Disfruto con vuestra presencia 
y vuestros comentarios

jueves, 5 de julio de 2012

QUISIERA


Quisiera vaciarme en el silencio mismo
y sin voz,
sin lenguaje,
estéril o fragmentada
abandonarme
en el gesto arrancado a la desesperanzada.
Sonrisa mía,
expulsa el sueño eterno de este plasma
perpetuado en mí,
ahora,
que se apodera de la noche
del tiempo
y de la nada.

Quisiera destejer palabra por palabra
y trenzar moléculas de lluvia con mis labios
o con las luces prístinas del alba.
¡Oh mi Señor! vivo con una mano en la garganta
pero es la niebla
el tacto que me oprime esta faringe,
y es el silencio y
las ausencias
y todos los rostros destruidos
o la misma turbación,
la que acaba con mi dulce intimidad. 

Quisiera anticiparme al último gozo
a la última licencia
a esta salvaje vuelta de baile,
¡a la certeza!
o al cuchillo de la carne
cuando balbuce este miedo
que demuele mi nombre
o me desgasta. 

 
                                                      MARIBELFLORES

miércoles, 27 de junio de 2012


 
 Imagen de la red
 
Me está enfilando desde su borde más gélido
y ultima mi póstumo destino.
Menesterosa, se relame con mi desesperanza,
pues desde que la conozco,
sabe,
que mi lengua se desangra
mientras ella se inventa,
nudos brunos,
con mi largo apéndice.
Se oculta en el sonido de una bala
y en las noches más combas
se hace la ciega detrás de mi pálida semblanza.
Desvelada,
me oye llorar y
humedecer este sudario antiguo
y blanquísimo.
Lienzo de escarcha, anoche,
como nunca,
tu contacto conmigo,
fue glacial.
Vive ahogada
adentro de mi misma
pero etérea, se oculta,
en la desgarradura de mi orondo vientre.
En mis venas, se vuelve,
terriblemente espesa y
como las bolitas bruñidas del mercurio,
desciende despacio
pero letal.
Se esconde de mí, pero yo
presiento
su tóxica belleza, habitando en un retazo
de mi cuarto.
Es tan veloz
que, gota a gota,
está rebanándome mi existencia ácida. 

                   MARIBELFLORES         A, Chantal Maillard (Admirada poeta)

  POR FAVOR, SEAN CREATIVOS, NO PLAGIEN.

jueves, 14 de junio de 2012

LO INVISIBLE


Ya es la noche de pétalos
y astros.
Densidad y
llanto
y miradas invisibles
contenidas en el ámbar
o en los brillos del negro -azabache-
Noches de fuego
prended una plácida existencia en estos
sediciosos ojos.
Pues ya es la noche
y voy herida de silencio o
de muerte,
o de fulgor.
¡Ah! transparencia,
lo primero que amó
mi corazón.
de esa lóbrega argamasa
-de esa nada encendida-
fue su belleza.
¡Emisión de seda!
o porciones amarillas
de luz,
deslumbradme,
en éste
otear mudo.
Socavón  pulido y gloria inefable,
a donde irán a parar, 
clemencia y
desahogo
o confusión palpable.



                                                           Granada, junio. Maribelflores

lunes, 4 de junio de 2012

ERRANTE VOY


Plomiza tarde de agua
 me llega la nostalgia
 envuelta
en filtro repentino.
¡Tierra negra!
Ajena tierra, aún sin alma.
Lírica del campo
como aliada mía
¿acaso piensas en mi desaparición?
Lánguida calma,
cuando miro el valle
 la vida se aquieta
y sobreviene manso
el recuerdo
y la pureza que lo aísla.
 Mil pasos crecen
tras los árboles
pero en la fosa de mi boca
se expande el  gran gemido.
A ese pozo abisal
sube lenta la agonía
y corona
de espuma
todos mis sentidos.
Huérfana de niña
y luego, de patria…
 acumulas el dolor en la piel  
como el claroscuro
de un abismo.
                                                                           
                                                       Maribelflores  (desde STADE, Alemania)

sábado, 26 de mayo de 2012

SI VOLVIERA



Si volviera radiante
como yo lo vi
recogiendo rosas
sobre el lecho
 y derramándolas
sobre el universo de mi carne.
Si volviera el hombre,
si regresara,
envolviéndome 
con sus palabras dúctiles
de barro  (Sed o beso)
Si volviera aquel yugo
que estuvo
rozándome el velo de la boca.
Si se alzara de nuevo
el resplandor del ídolo
y se cubrieran
los cielos
de un temblor inmenso.
¡Clamorosa aurora!
Luminosa
¡Deslumbrante mañana!
Si volviera aquel tiempo
de palomas en la cara
…  aquella dulcísima muerte,
desvanecida
bajo la luz. 

                                                               MARIBELFLORES

miércoles, 16 de mayo de 2012

EL BOSQUE SECRETO


     Sobre un colchón de hierba duerme la hechicera del bosque expuesta a la corrosiva intemperie. Pero no conviene ponerle el dedo en la boca pues lame la niebla de la fronda como si fuera una pócima mágica que le sabe a sal de mar. 

     Por el camino secreto del bosque, entre el ramaje de un árbol tupido de hojas,  una lechuza pone un huevo impecable. El ave reina a sus anchas en el nido mientras un rayo de sol cruza la espesura, y le ilumina su volátil plumaje.



     Una cabaña de madera está en silencio en mitad del bosque, y del alfeizar de la ventana de ese frontal exterior, penden cristalinas gotas de agua. Pero si se pega el rostro al cristal del tragaluz, la mirada penetra en la habitación donde se ve encendido un hogar, cuyas llamas, suben y bajan suspendidas.

      En el aire húmedo y frío del bosque se adentra el guía de este laberinto, y esa hondura, no me deja respirar. Exhausta de tanto caminar y de andar largas veredas y no ver ningún rostro, disté de golpe, ocultos tras un tronco de árbol, dos ojos enormes fisgando en mi deambular. Aunque esos ojos, tienen el mecanismo rutinario de eludir esta mirada cuando yo busco descubrir en sus pupilas dilatadas las extensas filas de los troncos. Así pues, mi pecho, hinchado en esos momentos de oxigeno, durante breves segundos, se puso en estado de alerta.
 
     Pero seguí caminando con los brazos desplegados y los pasos resueltos y mi espíritu abrazado al bosque. El corazón me bombeaba haciendo las mismas ondulaciones del camino. Mis pies tocaban las cepas de los árboles y con los dedos extendidos, tanteaba, palmo a palmo, las frondosas copas.  Mi cuerpo entero se creció ansiando la plenitud visual. 
¡Háblame bosque!
o calla.

Maribelflores (Desde Baja Sajonia, Stade, al norte de Alemania)

lunes, 7 de mayo de 2012

A YAGO.


         A Yago le brota el fuego por el hueco de la boca y en segundos se le extrapola la descarga como a un relámpago. Yago es un dragón y de las llamas de esa bola encendida le manan tinieblas invisibles.
         … Yago, el violonchelo tañe su agonía y dobla a mar revuelta y al caer las olas, se troncha en pedazos su rumor cíclico. Pero debajo de esas volutas de agua y sal, se amontona la angustia sobre el tul nacarado de la arena seca. 
         Yago, del subsuelo emerge un sonido atronador de placenta y su fragor me retumba y tu nombre detona y sale propagado por todos los rincones del planeta.
         ¡Veta sobrecogedora, ensordece mi ceguedad!
         Pero si no amo Yago, si no me entrego, si mi pecho enmudece, si en la noche se extinguen los astros, el desorden se empeña en revolver mi erótica y pronto imagino vampiros cayendo sobre mí desde esa negrura que muerde sobre estas arterias brillantes. Si no amo Yago, sospecho que mi memoria exclamaría su enemistad contra el deseo y no habría respuesta capaz de aliviar ni mi sed de ti, ni mi agonía.  Y en la verdad de la penumbra me pregunto si eso no sería mi perdición o morirse por nada entre colmillos afilados. Pues en la noche, Yago, los resucitados, van perfilando mi silueta con hebras de espanto mientras mi corazón trepida ¡muerto de hambre! 

         Yago quiero copular contigo y que nazcan alimañas del acto. Pero por qué no escarbar en ese osario de agravios, por qué no despedazar tus genes implacables, por qué no hurgar en tu minúscula misericordia y con tu estricta mano cavar un hilillo endeble de luz en tus vísceras.

         Resopla el viento en mi destierro Yago, o es qué me suena a un aullido lejanísimo de lobo. Pero si brama la tierra, si muge la música de un violín con sus llagas de azufre, el mar al fin se quedará tranquilo. El mar azul que no descansa en su confluencia con el horizonte. Y allí…  perpetuamente lejos, resopla este compuesto de cianuro y este dulcísimo combinado de esclavitud a ti. 
         ¡Yago,Yago! Estoy frágil, y en mi desaliento he pensado disolverme en polvo y sobrevivir en el interior de tus huesos. Aunque mis limaduras se harán compactas dentro de la carcasa de ese esqueleto y yaceré para siempre tiesa, y como una vela de entierro me estiraré en ese cerco donde por el contrario se riza una serpiente. Una boa que luego repta sobre mí y entra como un hombre a través de mis piernas. Pero cuando el reptil se despierta Yago, no puedo negarlo, me asusta como un ídolo corcovado. Pues se alarga tanto el tramo de la liberación, que al día de hoy soy un puente y bajo esas ruinas fluye un talud de barro y, cómo me pesa el fango en esa soledad. Como la losa marmórea de los siglos. 
          Me siento yerma, Yago, excluida, infeliz y abrazada a un virulento arsenal de guerra. Y huyo Yago, pero no lo dudes, voy a desintegrarme lejos. Voy a desaparecer bajo la lluvia mansa de una ciudad sin nombre donde no habrá sol, sólo tu éxtasis de daño. Sólo , evaporado y mudo. 
         Yago, ya silban los cuchillos que cortarán tu cabeza. Ya escucho los estertores. Ya eres polvo Yago. Ya me rodea un cerco de llanto. Ya vibran mis ojos como si retornase lo que ha desaparecido. Lo que nunca fue.

Huyo
consciente
 de que el amor es un viento
un suspiro
que cruza veloz el corazón.
Y me pregunto
si no es un misterio
que se derrumba.
Una belleza invisible
que no existe.
Una niebla que nace y muere
en el alma
ante el pavor de la muerte
que estuvo
 expiándome.
                                                         Maribelflores