Seguidores

lunes, 24 de octubre de 2011

ANTORCHA



Oh Zeus! dios del olimpo,
con esos ojos ¡tan de raíz, tan apurados!
 tan a mi acecho
-Que me atenazan-
Y yo a ciegas
en la noche esperanzada y dulce.

Tu tremolar de la palabra en esos labios
donde ora vive mi ser, 
ora mi designio.

Y en tu rostro blanco y
 en mi rostro blanco
brilló la eternidad de las horas
en la penumbra de la noche muerta.

Nimio destello
que sobre tu mejilla
levantó ante mí,
aquel muro de densa niebla.

A tientas, insegura,
quise ser aire ahogado en tus entrañas
y con mi soplo,
disolver tu cavernosa lengua
-Bajo la tenue luz-

Criatura mansa
-De las horas muertas-
¡Oh hombre! dame cobijo en tu regazo
y apura mi larguísimo crepúsculo.

Y de tus manos
y en la noche oscura
-Del jardín-
entrégame las anémonas
como quien echa criaturas bellas a mis brazos
cuya hermosura me ha poseído.