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lunes, 31 de mayo de 2010

ROSAS.



LA MUJER DEL ESPEJO.

Está pasando.
La edad, la está dejando hipnotizada.
Pero, mientras regresa,
abre aquella mirada infantil
de grandes ojos castaños.

La cara de esa mujer está perpleja.
Sus ojos son preguntas.
Sus labios, fronteras.
Líneas divisorias,
que ahora mismo no se pueden traspasar.

Algo serio.
Algo inmaterial
está atravesando su hechizado rostro,
tan ajeno a ella,
que en estos momentos,
el silencio se le desmenuza en oscuras señales.
Hoy, tal confusión, es tacto,
y por muy poco, no lo puede tocar.