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viernes, 2 de septiembre de 2011

AUTORRETRATO



En mis ojos hay viento a la deriva
y una nube mustia vestida de fosco
y la luna que crece
con rabia
pero sin raíces,
y esa hojarasca
que vuela entre mil grietas diáfanas
pero se arremolina sola
con un sonido ahogado
de abismo.
En su cristalino infinito me rompo. Es el odio
y es la muerte y es ¡la vida!
Y detrás de esas ventanas, yo me oculto.
Pero hay algo de opalino en la puerta cegada
de mis párpados.
Una ranura
y cientos de cópulas
y el mar añil
y una tarde
con un horizonte rojo
y
aquel poniente describiendo auras
con su brisa de espigas
y sus tintes dorados
               y millones,
   millones de destellos.

                                                                 Maribelflores