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lunes, 12 de diciembre de 2011

FANTASÍA SONORA

          Estoy soñando y en mi sueño parpadea una luz con el brillo del encaje. Y veo un dosel tambaleado por el aire que atraviesa el hueco de mi tragaluz. Esta mañana me atenaza la armonía ¡Que extraño!

           Piel de asombro, tu claridad es completa.
         Y en el jardín todo es oráculo cuando se celebra la profecía de la música y bulle un fantástico coro de aves negras. Y aún me pesan los párpados y el alboroto. Y me zumban los timbales. Y los tambores ya penden de mis entrañas y ahora suspiro sin ningún resentimiento. Oh! esta alborada es un placer pues hago añicos la muralla por donde trepa a menudo la hiedra o el engaño.

                Es verdad, estoy soñando completamente despierta.
         Y canto a la existencia y a este vértigo  y ¡a toda la eternidad! Y después, cuando se agota mi balada, me quedo inmóvil mirando el moviento y el tremolar del amanecer, y ese calado de cielo a donde se ciñen las nubes al azul como un esponjoso algodón. Todo está medido y cadencioso lo mismo que en un pentagrama. Todo fulgura en el crisol del alba. Y todo aparece de repente en su eterna lucidez.

         Y duermo de nuevo en paz, y ya recogida, me regocijo contemplando la luz del alba, tan prodigiosa, que de ella ha nacido este mundo invisible del que venimos. Tan milagrosa, que es dulce regresar a la locura de atravesar  la creación y el espejo de Alicia.  
                            
                        Maribelflores