Y es la a alcoba un encaje de
fugas
como los pétalos en sus labios.
Sueño voraz,
me inundo de amanecida
si en su sangre encrespada se iza
el maná
y frena en mi boca.
!Ah! cuando desfila su lengua y
su saliva
hay un juego de crímenes
en el despertar de estos pechos.
Curvas adorándole,
curvas ciegas
o tropel de de vírgenes y arcos
rendidos a la aurora.
Sagrado puñal,
me azota la dulzura suya en las
paredes del cuerpo
y allí,
donde se hunde toda esa belleza.
Estallidos prodigiosos en las fosas
y
en los párpados
y se despierta un ruido de mar.
Seda ambarina
cual gema viva, trasluce hoy,
en los ojos de la alba.
Maribelflores 6-noviembre, 2012