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viernes, 17 de junio de 2011

NOCHES BLANCAS


Ojos enormes y abiertos,
noches en blanco.
Un hábito inseparable de mí.
Noches sin hálito
donde se desborda la opresión
pero escasea el aliento

¡Oh, Dios, Noche!
concédeme un gesto de amor
para verter en él mi llanto.

¡Luna, lluvia, viento, sueños!
nada está en calma
si el ser amado ha desaparecido

¿A dónde fue su abrazo?
¿A dónde esa naturaleza de pájaro?
Todo está eclipsado.

Si no hay cortejo
no hay goce
ni voluntad de acariciar
mis labios
ni esa risa de fábula
ni el misterio de arrullarme
entre estas sombras henchidas de romanticismo.

Nada mana de esta vigilia estéril
salvo la incertidumbre del cuarto.
No hay amor ni éxtasis ni adoración
ni lágrimas
que intimiden al silencio,
si un perro leal
que rastrea en mi desdicha.