Seguidores

martes, 2 de febrero de 2010

EL CIELO DENTRO DE UNA GOTA DE AGUA


CENIZAS

He nacido hace unas horas
y como un arpón,
mi carne desnuda
tiene ya tanto gancho,
que las aves carroñeras acuden
a comer de mí
como si mi vientre oliera,
desde un principio, a un bullido muladar.
Sobre mi cuerpo de recién nacida
cae misteriosa la luz del alba
trazando minuciosas sombras
y un rostro borroso,
y luego, cubriendo los restos
que han arrinconado los buitres
para que el mundo forme 
con el dehecho de mi osamenta,
el nombre insólito de una canción de cuna.