Seguidores
jueves, 11 de marzo de 2010
POSOS.
Perlas negras brillando bajo las ondas del agua.
Son los ojos
de una mujer mirando entre su soledad.
Joyas apagadas y endurecidas
como su propia existencia.
Entrañas de la fuente
en las que se reflejan, por igual,
el rastro opaco de la turbación
y los geranios encarnados de los filos.
Apariencias, suavizadas,
en lo profundo de ese líquido.
Formas enredadas en dulces carantoñas.
Exquisitas flores,
iluminando un perfil que no tiene descanso
y cuya sombra se esboza bajo la claridad del agua.
Ese rostro que finge estar flotando
o dibujado.
Son los ojos
de una mujer mirando entre su soledad.
Joyas apagadas y endurecidas
como su propia existencia.
Entrañas de la fuente
en las que se reflejan, por igual,
el rastro opaco de la turbación
y los geranios encarnados de los filos.
Apariencias, suavizadas,
en lo profundo de ese líquido.
Formas enredadas en dulces carantoñas.
Exquisitas flores,
iluminando un perfil que no tiene descanso
y cuya sombra se esboza bajo la claridad del agua.
Ese rostro que finge estar flotando
o dibujado.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)