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viernes, 30 de abril de 2010

ESPINAS.

¡Ay de mi!, amor,
que todavía espero tus labios
enredándose en mi boca.
¡Ay! Que mi saliva tiembla
al recordar tu opio
y que mi herida abierta,
aún sangra.
¡Ay! Amor, cuando duermo,
me cuesta un mundo respirar.
Amor 
¡ay de mi amor!

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