Huyes de estos ojos sin calma
y de esta mirada
sin océano
en donde picotea el llanto a modo de alfileres de lluvia.
Profunda soledad
abuzada en la noche.
Grito, y grito y gr…
y mi voz tropieza con la oscuridad.
y rota,
y el silencio tirado a los pies y
como una hélice dando vueltas
sobre la fiebre de mi desgarradura.
Oh! pero qué revuelo de gaviotas con el último adiós.
¡Y cuando el mar ensombrecido
se quiebra!
Y mientras sollozo se quiebra,
hasta lo inviolado se quiebra dentro del sueño.
La muerte es la única, que de noche,
se compone
y me obedece.
Unos versos envueltos en nostalgia, tristeza, veo tus ojos apagados, a través de tus letras, pero no por ello tus versos dejan de ser hermosos, siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarUn beso.
Quë razón llevas María. Pero mi vida fue dura y es lo suficientemente larga que ya está muy aconstumbrada "al ruido del mundo" y cada día resurjo de mis cenizas como el Ave Fenix. Soy fuerte y no te imaginas hasta que punto. Y escribir forma parte de esa terapia que me fortalece. En realidad soy visceral para lo bueno y para todo lo demás que ya no lo es tanto. Abrazos por tu amistad y por captar detrás de las palbras. No todo el mundo sabe leer entre lineas.
ResponderEliminarEn los silencios de los poemas(y de la prosa también, claro)se dice más que en el trazo de las letras.
Maribel, leo el poema y lo siento como un océano interno que incorrupto se rebela contra toda la debilidad del fondo que, a su vez, adopta la forma que su corriente impone. Sí hay soledad, también congoja, pero una fuerza incluso furiosa y salvaje, anida sobre las intenciones de la tristeza. Con este poema me he sentido hermanada a tu poética pues también hay alianzas en mi escritura con la noche y la muerte que suelen ser camino y renacimiento.
ResponderEliminarY es verdad, en los silencios es donde habitan nuestras sombras verdaderas.
Un abrazo enorme.
Qué revuelo de alhelíes nocturnos, de madreselvas en su pelo, de tiernas flores de almendro en sus senos. También de lunas sangrantes en lo más hondo de un barranco donde siempre quedó una sombra prisionera del murmullo de un venero secreto.
ResponderEliminarLa música siempre se queda, Maribel. Con nosotros.
Un fuerte abrazo.
Cuanta nostalgia!
ResponderEliminarMe hace vivir de nuevo unos recuerdos que son tristes, no lo niego, pero que hermoso es volver a recordar, aun cuando duela, que bello poema.
Muchas gracias por compartir.
Saludos.
Preciosos versos donde la nostalgia anida y proclama su discurso. Bellísimo. Saludos cordiales de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa María- Córdoba.
ResponderEliminarLa voz sale de una herida y en su vuelo se vuelve bálsamo para alcanzar al lector.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces necesitamos de la soledad para llenar el alma de paz,
ResponderEliminarfeliz semana.
Gracias a todos amigos. Perdonad si no estoy atenta a todos vuestros comentarios, pero me tomé tres semanas de descanso de la literatua. Abrazos y muy agradecida.
ResponderEliminarMaribelflores.
En mi blog hay algo para ti, Maribel.
ResponderEliminarBesos.
Querida amiga, me has dejado alucinada con tus hermosas poesias, ¿ y dices que te consideras poca cosa? de lo que he leido y de lo poco que te conozco, tienes talento amiga, prometo seguir tu blog y lo leeré con calma, como si estuviese degustando un exquisito chocolate caliente jeje. Hasta pronto linda.
ResponderEliminarPasaba a saludarte, me voy de vacaciones hasta primeros de Septiembre,
ResponderEliminarque tengas una feliz semana.
un abrazo.
Qué profundidad, es esa mirada sin océano.
ResponderEliminarUn gusto.
Sugerente , emotivo y mágico poema , compañera entre urdimbres de palabras.Yo también estoy cerca de Sierra Nevada.Vivo en Cenes de la Vega.Un placer seguirte.Gracias por tu comentario y por seguirme.
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